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De la importancia de saber navegar sin electrónica

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  • De la importancia de saber navegar sin electrónica

    No hace mucho, en la primavera de 1998, zarpaba de puerto un carísimo velero para realizar sus pruebas de navegación.

    Este velero tenía la más avanzada tecnología del momento, desde lo materiales más sofisticados (espumas, fibras y resinas sintéticas) utilizados para la fabricación del casco, la cubierta, los camarotes, mástiles, velas, jarcia, etc...

    El puesto de navegación podía ser la envidia de El Pentágono, la CIA, el MI6, e incluso Q hubiera sido incapaz de soñar todo aquello metido en un único barco al servicio de 007. Pantallas, radares, microprocesadores, GPS's, agujas giroscópicas... En ese barco se había confiado todo a la tecnología, y no se había embarcado ni una carta de papel, ni un solo compás o un lápiz, ni una simple brujula de bolsillo, y no digamos cualquier otro de esos famosos documentos que estamos obligados hoy en día a llevar cada vez que salimos a puerto.

    El piloto solo necesitaba apretar unas teclas para conocer la situación exacta del velero sobre una carta electrónica, y de ahí dar las órdenes oportunas, al piloto automático para que guiara la embarcación en el rumbo adecuado.

    Todo, todo, funcionaba con una gran despliege de baterias, incluido el compás electrónico que servía para que el timonel humano pudiera, de vez en cuando, confirmar que todas las ordenes que se habían dado al ordenador central, eran las adecuadas.

    Durante la primera noche de travesía, una noche oscura, nublada, sin luna ni estrellas, un conmutador defectuoso provocó el colapso total de todos los instrumentos electrónicos. Las pantallas se quedaron negras, las luces se apagaron y el compás electrónico perdió repentinamente cualquier indicio de vida.

    El armador había depositado toda su confianza en la mejor tecnología que en ese momento se podía comprar con dinero suficiente. Lógicamente, el famoso Murphy, había hecho acto de presencia en la primera noche que el navío surcaba los mares.

    Mientras el yate surcaba los mares, el timonel se dió cuenta que el viento era lo único que le permitía orientarse y hacerse una idea del rumbo que llevaban. Con todas las luces del cuadro de mandos apagadas, con el cielo cubierto, y con suficiente distancia a la costa como para no distinguir ni la más mínima luz de un faro o una baliza, la única guía era la brisa que soplaba sobre la mejilla derecha del timonel; así que este viró en redondo, hasta que empezó a recibir la brisa por su mejilla izquierda, con intención de regresar a puerto por donde habían venido, mientras que el resto de la tripulación rezaba para que el viento no rolara y les hiciese perder el rumbo de vuelta a casa, hallado de esta singular manera.

    A continuación, y gracias a una linterna, iluminaron una lanita atada a uno de los obenques, que les permitiría mantener el rumbo, gracias al viento que soplaba en ese momento.

    Ya de madrugada, el cielo se despejó lo suficiente para poder observar la estrella Polar, lo que les permitió seguir el rumbo con algo más de seguridad, hasta que al alba, empezarón a distinguir la costa, y unas horas después llegar a puerto.

    Aquella aventura, transportó a unos hombres de los albores del siglo XXI, hasta más de mil años atrás, cuando los navegantes no contaban tan siquiera con la ayuda de la aguja naútica; y también demostró que incluso, hoy en día, el saber manejarse sobre una carta, u orientarse y situarse por la observación de los astros, así como llevar a bordo todo aquello que nos ayude a realizar los cálculos necesarios, no debe ser solo por exigencia legal, debe ser una precaución que debe tener todo buen navegante.

  • #2
    Re: De la importancia de saber navegar sin electrónica

    Impresionante historia.

    Me ha recordado una cosa que leí hace mucho tiempo cuando el célebre apagón de Nueva York de 1968?. Resulta que mucha gente se quedó atrapada en su casa sin tener opción de ir a comprar ninguna cosa. Había que apañarse con lo que había en casa. y... ¿qué había? Pues latas de conserva. El problema era que el abridor de latas era eléctrico. Ni un puñetero abrelatas había en muchas casas para resolver un problema.

    Por lo menos, en el caso que nos cuentas, el Capitán del barco aún parece que tenía cierto instinto marinero. Un ápice de sentido común.

    Pasa cada cosa...


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    • #3
      leyendo tu post me acorde tengo aun mi sextante que me regalo mi abuelo para bajar estrellas

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      • #4
        Estoy de acuerdo, la mejor forma de saberlo es aprender. Antes de mudarme al edificio de Londres aqui por trabajo, estudiaba mucho sobre navegación en España, mi padre me enseñó mucho


        Editado por última vez por Numiko; https://www.estudiasonavegas.com/foro/member/3608-numiko en 22/03/21, 21:34:03.
        Hola

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        • #5
          Borrado por SPAM
          Editado por última vez por Javichi; https://www.estudiasonavegas.com/foro/member/2-javichi en 18/03/21, 09:14:35.

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          • #6
            Marineros y oceanógrafos están empleando con más frecuencia información obtenida con el GPS para la topografía submarina, la colocación de boyas y la localización de peligros para la navegación y su señalamiento en cartas náuticas. Las flotas de pesca comercial utilizan el GPS para llegar a los mejores bancos de pesca, seguir los movimientos migratorios de los peces y para garantizar el cumplimiento de los reglamentos.
            https://www.maquiandes.co/

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