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La Conquista del Polo Sur

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  • La Conquista del Polo Sur

    Se cumple hoy el centenario de la llegada del hombre al Polo Sur. En una pequeña reseña que colgué ayer en la sección de Historia de La Navegación esbozaba cuatro ideas que se me habían ocurrido acerca de las peculiaridades de la Navegación Astronómica en las zonas polares.

    La pregunta fundamental es la siguiente: ¿Cómo pueden saber los expedicionarios a qué distancia se encuentran de su objetivo, el Polo S.? ¿Cómo saber cuando han llegado? Por más vueltas que le he dado, creo que no hay otro recurso que la Navegación Astronómica.

    Es cierto que los trineos de Amundsen iban dotados de una rueda con un contador de vueltas que podía medir la distancia recorrida. Pero no era un sistema totalmente exacto. Sería el equivalente a la corredera en el barco. Una mera estima. Una estima que habría que corregir por observaciones astronómicas.

    Resulta que en la zona circumpolar, el único astro observable en verano en El Sol –tal vez, también La Luna-. El Sol se encuentra permanentemente por encima del horizonte, de manera que no cabe contar con observaciones de estrellas. De manera que el ajuste de la situación estimada no tiene otro apoyo que la observación de la altura del Sol.

    ¿Qué ocurre al llegar al Polo Sur? Aquí nos vamos a encontrar con un peculiar caso particular. Recuerdo que en alguna ocasión nos habíamos preguntado por curiosidad cuales serían sus coordenadas. La Latitud está muy clara, 90º 00’S. Pero… ¿Cuál es su Longitud? Pues todas o ninguna. Entonces… ¿Cuál es la hora local del Polo Sur? ¡Todas! Y… ¿Cuál es el meridiano local del Polo Sur? ¡Todos! Y, finalmente, y a donde quería llegar… ¿A qué hora pasa el Sol por el meridiano local del Polo Sur? ¡A todas!

    Este es el intríngulis. El Polo Sur presenta la peculiaridad de que permanentemente, a cualquier hora del día, el Sol se encuentra en su altura meridiana y, además, esta altura coincide exactamente con la declinación que nos indica el almanaque.

    De todas formas, todo esto no pasa de ser una pura especulación por mi parte porque, de verdad, que no he conseguido averiguar nada fiable sobre las técnicas de orientación de los expedicionarios. A ver si alguno de vosotros puede aportar alguna luz sobre este asunto.
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    Vive todos y cada uno de tus días como si fuera el último.
    Un día acertarás

  • #2
    Re: La Conquista del Polo Sur

    Hola Sapphire,

    Excelentes observaciones y comentarios !!!
    Saludos,

    Lealtad
    Labor Omnia Vincit

    Comentario


    • #3
      Re: La Conquista del Polo Sur

      Como sigo sin tener ni idea de la técnica de posicionamiento, que mencioné en otro hilo, y que llamaban "la ruleta de las horas", sugiero deducir nosotros como lo haríamos.

      Ante todo hay que saber como ir.

      Dado que el compas no funciona en las cercanias de los polos magnéticos (la aguja gira loca), establecería un punto de partida, en la costa de la antártida o en la costa de su mantisa, desde el que supiera, por exploraciones anteriores, que habían pasos practicables para mi expedición en las cadenas montañosas conocidas.
      A continuación trazaría una recta entre dicho punto de partida y el polo.
      Haría confeccionar unas tablas (no muy complejas, por cierto), en que desde cada punto de esta ruta (cada 5 o 10 Km, por ejemplo) me determinen la declinación del sol cada hora del día, y de la "noche" :lol: ... Y llevaría el equivalente de un "armario de cronómetros".
      Llevaría (como Amudsen) una "ruedecita" con ¿tacómetro? de las que marcan la distancia recorrida.
      Así soluciono el rumbo, y me posiciono por demora y distancia.

      Esto no soluciona el tema de corregir errores, pues en este tiempo podríamos separarnos notablemente de la ruta prevista, y para ello habría que buscar una solución "solar" para poder corregir.
      Por cierto, aunque sea mas dificil de determinar, si que hay un punto de altura meridiana, pero el dato de longitud, en las proximidades, tiene tela...


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      Comentario


      • #4
        Re: La Conquista del Polo Sur

        Efectivamente; El intríngulis de lo que se plantea es el de deducir por nosotros mismos las técnicas de posicionamiento en las inmediaciones del Polo con la ventaja de que, como no sabemos de verdad cómo lo resolvieron Amundsen y sus compañeros, nuestros razonamientos tendrán toda la frescura.

        Hablas de instalar una base de partida desde algún lugar desde el que se supiera que había algún paso practicable. Pues precisamente es eso lo que hizo Amundsen. Digamos que Amundsen contaba con “información privilegiada”. Dos años antes, en 1909, una expedición dirigida por Shackleton había logrado llegar hasta la latitud 88º 23’. A partir de los informes de Shackleton, Amundsen conocía las características de la ruta, sabía más o menos por donde podía encontrar pasos practicables y, sobre todo, que el trayecto se podía recorrer con trineos tirados por perros.

        La ruta al Polo, como dices, es fácil de trazar sobre el mapa. Desde donde quiera que te encuentres, “to tieso” hacia el S. Pero es muy fácil desviarse unos grados; no obstante, aquí sí que se puede traer a colación lo de que todos los caminos llevan a Roma. Aunque te desvíes de la ruta trazada, no pasa nada. Una vez orientado, vuelves a retomar el rumbo S y en paz. El problema es el de situarse correctamente, porque se presenta la cuestión que planteas de la “ruleta de las horas”. Efectivamente, una desviación pequeña en distancia, puede suponer una desviación importante en la hora local debido a la cada vez mayor proximidad de los meridianos. Para mí que es éste el problema teórico más peliagudo: Situarnos cuando ya estemos tan cerca del polo que, a simple vista, no seamos capaces de determinar hacia dónde está el S porque la altura del Sol es casi constante y porque podemos llevar un cierto error de hora local. Sobre este asunto ya hablaré en la próxima intervención.

        En el camino de vuelta las cosas cambian sustancialmente. La estrategia a seguir es la de Pulgarcito en el bosque. Hay que regresar necesariamente sobre las propias huellas –y más vale que se conserven o que hayamos dejado un rastro claro-, porque dependemos de los depósitos de suministros que hemos ido dejando en el camino de ida. La vuelta se hace con los trineos de vacío o casi.

        En lo que discrepo es en lo que apuntas de llevar varios cronómetros. Desde luego que necesitamos conocer la hora con una absoluta precisión, pero puedo asegurar por experiencia que los simples relojes de bolsillo de la época cumplían perfectamente con esa función. Como uno de mis mayores tesoros, tengo un reloj Waltham de la época y, todavía a estas alturas, funciona con una precisión sorprendente. Atrasa unos pocos segundos al día, pero con regularidad, siempre los mismos. Así, si no lo toco, añadiendo una pequeña corrección a la lectura, tengo la hora exacta al segundo.

        Sobre la orientación con el sol, a ver si comento algo con un poco más de detalle en otra intervención. Alguna pequeña cosa he logrado averiguar. Pero me sigue quedando sin resolver la gran cuestión. ¿Y qué pasa los días nublados?

        Seguiremos con el asunto





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        • #5
          Re: La Conquista del Polo Sur

          Buscando, buscando, algo voy encontrando. De momento he encontrado alguna información relativa al modo de tomar la altura del sol y se confirma que, tal como habíamos conjeturado, se empleaba un recipiente con mercurio. El mercurio tiene las ventajas de ofrecer una imagen prácticamente como la de un espejo, una horizontalidad perfecta y que no forma microolas con el viento.

          He localizado esta foto en la que aparece el mismo Amundsen, manos a la obra, tomando la altura del sol. Se puede ver perfectamente el recipiente con el que refleja la imagen del Sol.

          [attachment=0:32aqx2ql]Amundsen1.jpg[/attachment:32aqx2ql]

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          • #6
            Re: La Conquista del Polo Sur

            Ya que estamos comentando asuntos de expediciones polares, antes de continuar con los problemas de la orientación, vamos a dar al debate un poco de ambiente. Para meternos mejor en el tema, vamos a dar un par de pinceladas de ambiente antártico.

            [attachment=0:b0qe04cw]Edwardwilson.JPG[/attachment:b0qe04cw]

            En primer lugar, vamos a poner un poco de música de fondo. Y qué mejor para la ocasión que la Sinfonía Antártica de Vaughan Williams:


            http://www.refinandonuestrossentidos.co ... ams/sinfonía-nº-7-sinfonía-antártica/

            (por alguna extraña razón no funciona el enlace así que hay que copiarlo y pegarlo después en la barra de direcciones del navegador)

            También en Youtube:

            http://www.youtube.com/watch?v=IcHDtutZ ... re=related

            http://www.youtube.com/watch?v=oHiBUHIH ... re=related

            http://www.youtube.com/watch?v=lHpWBuuE ... re=related


            Edward Wilson, médico, zoólogo y artista, fue uno de los más fieles acompañantes del capitán Scott y del célebre Shackleton desde que comenzaran las primeras expediciones británicas en 1901. Logró captar la atmósfera de aquellos parajes en algunos cientos de acuarelas, algunas de las cuales podemos ver aquí:

            http://www.coolantarctica.com/Antarctic ... ctures.htm

            http://www.youtube.com/watch?v=ReqDLa8R ... re=related


            A ver si os gusta el ambiente antártico y os animáis a participar.

            ¡FELICES FIESTAS A TODOS!

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            • #7
              Re: La Conquista del Polo Sur

              Hurgando por la biblioteca, a la antigua usanza, he podido averiguar alguna cosilla –poco, la verdad- sobre las posibles técnicas de navegación y posicionamiento empleados por la expedición de Amundsen.

              Al contrario de lo que habíamos dado por supuesto en alguna intervención anterior, parece que sí que se empleo la brújula y que fue de una gran utilidad. En Hemisferio Sur, el polo magnético esta lo suficientemente alejado del polo geográfico como para que la brújula señale una dirección constante (constante en pequeños trayectos). No señala la línea N-S, por supuesto, pero mantiene una orientación constante que permite cierta orientación en días nublados.

              El odómetro, que así se llama la rueda que llevaban detrás los trineos con un cuentavueltas para medir la distancia recorrida, fue otra herramienta determinante. Si bien durante la travesía de la barrera de glaciares no servía para nada, una vez sobre la meseta, sobre terreno llano y regular, mostró una precisión admirable. De hecho, en la última etapa, a partir de un punto de posición conocida por observaciones astronómicas, fue la lectura del odómetro la que señaló la llegada al polo.

              Como auxilio a la brújula y al odómetro se utilizó un teodolito con el que se fueron levantando triangulaciones sobre cimas y accidentes notables y que luego ayudaron a la localización de los depósitos de víveres y pertrechos en el viaje de vuelta.

              A base de brújula, odómetro y teodolito se pudo apañar una especie de navegación de estima que se podía corregir los días soleados. El paso del sol por el meridiano inferior del lugar señala el rumbo a seguir y nos da la latitud en la que nos encontramos.

              ¿Qué ocurre cuando estamos ya en una latitud de 89º 40’? Pues que estamos metidos de lleno en lo que el amigo Iperkeno llamaba “la ruleta de las horas”. Debido a la proximidad de los meridianos, la más pequeña desviación de nuestro rumbo supone que nos hemos cambiado apreciablemente de meridiano local y, en consecuencia, de hora local. ¿Cómo se determina en esa situación donde está el Sur? Lo veremos en la próxima intervención. Pero eso ya será el año que viene.

              Y me he quedado con las ganas de averiguar una cosa sobre la que habíamos comentado. ¿Usaban relojes o cronómetros? N o he encontrado la respuesta por ningún sitio.

              Aprovecho para desearos a todos lo mejor para el próximo año 2012.

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              Vive todos y cada uno de tus días como si fuera el último.
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              • #8
                Re: La Conquista del Polo Sur

                Gracias Sapphire!
                Lo mejor para ti también icon_salut.gif

                Buena proa
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                Buena proa!
                Lachica

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                • #9
                  Re: La Conquista del Polo Sur

                  En el capítulo anterior habíamos dejado a la expedición de Roald Amundsen muy cerca de su objetivo. Puede que ya no les faltara sino una o dos jornadas de camino. Pero... ¿A qué distancia exacta? ¿En qué dirección? ¿qué rumbo?. Sur, claro; pero llegados a estas alturas, ¿dónde está el Sur? ¿En qué se distingue ese lugar teórico en el que convergen todos lo meridianos de cualquier otro de sus alrededores? Esta es la complicación añadida a la exploración polar.

                  La simple vista ya es incapaz de detectar las leves oscilaciones de la altura del sol a lo largo del día. Por más vueltas que demos, llegados a este punto no hay más que una solución. Y ésta es precisamente la que adoptó Amundsen. Hizo una alto en el camino y durante 24 horas seguidas, cada media hora, él y sus compañeros tomaban la altura del sol. Y de esta forma, tras un día completo de seguir la altura del Sol, se logró detectar la leve –unos pocos minutos- oscilación del Sol y hallar la dirección que señalaba la altura mínima. Esos pocos minutos de oscilación de la altura daban, además, la distancia a recorrer. Así que, sin más dilación, uncieron los perros a los trineos y a toda marcha entre el desierto helado hasta que el odómetro –la rueda cuentavueltas- señaló que se había cubierto ya la distancia obtenida por cálculo.

                  Era poco más de mediodía del día 14 de diciembre de 1911 y Amundsen y sus compañeros se encontraban en el Polo Sur.

                  Pero, una vez más, estamos en lo mismo. Habían llegado a un Polo Sur tomado como punto de estima y sujeto, por tanto, a error de navegación. Había que corregir ese punto, ¿Y cómo?

                  Llegados a su destino, o con la certeza de estar ya muy cerca, Amundsen levantó un campamento y dividió a su pequeño grupo en dos patrullas. Y mientras una patrulla dormía, la otra tomaba una altura del Sol cada media hora. ¡Y así estuvieron durante tres días! La reiteración de la toda de datos permitió afinar la situación y dejar señalado el punto exacto que ellos determinaron como el verdadero Polo Sur.

                  Por cierto, si os queréis hacer una idea de cual sería la altura del Sol durante todo el día en aquellos parajes, pues era, aproximadamente, la que tiene estos días a mediodía en nuestra latitudes.

                  Hay que descubrirse ante el trabajo de esta gente porque hoy se sabe, con los medios a nuestro alcance, que el punto que señalaron como Polo Sur dista del exacto y verdadero menos de 400 metros. Verdaderamente admirable.

                  Igual que verdaderamente admirable fue el trabajo del Capitán Scott, que un mes después, llegó, exactamente, al mismo punto.

                  Lo de esta gente es para quitarse el sombrero.




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                  • #10
                    Agua salada colngelada se vuelve dulce ?

                    Saludo afectuosamente a los contertulios porque si han llegado hasta aquí en sus lecturas significa que
                    les interesa el tema.
                    A mi me interesa mucho saber porque los autores y estudiosos de Shakleton insisten una y otra vez en
                    que el agua de mar cuando se hiela se vuelve dulce, es una cosa que no me quedó clara y por eso
                    quiero comentarlo con vosotros/ustedes para ver que piensan. Saludos y buena proa. Juan Captain.

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                    • #11
                      El agua de mar, al helarse, no se vuelve dulce.
                      Es la sal en disolución lo que hace que su punto de congelación esté a -2º
                      Cierto que el Oceano Glaciar Antártico tiene una salinidad baja...

                      Opino que, de lo que se trata, es que en esta zona, cuando se forma la banquisa, es de cara al invierno (perogrullo...) y que en, además, nieva.
                      Al cabo de pocas semanas tendremos una importante capa superior originada por agua de lluvia y no por agua de mar.

                      (Ojo es una deducción, no dispongo de mas datos)

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