Los submarinos de la clase Soryu que se empezaron a desarrollar por las Fuerza Marítimas de Autodefensa de Japón en el año 2007, como un esfuerzo para aumentar la fuerza submarina del país hasta un total de 22 unidades en el año 2004 en lugar de los 16 actuales, ya son una realidad tecnológicamente muy avanzada que ha llevado la tecnología “stealth” a límites insospechados.

El submarino Hakuryu o Dragón Blanco, es el tercero de la clase que ya ha entrado en servicio, los cuales destacan por su capacidad teórica para lograr hundir un portaaviones.

Aunque, de acuerdo con la MSDF japonesa, la potencia de fuego no es la mejor arma del submarino sino que esta es el sigilo.

Tal como explica el Capitán de Navío Kaoru Yoshida de la Fuerza Marítima de Autodefensa, “el arma más poderosa de un submarino es el sigilo.
La mera sospecha de la presencia de una unidad que el enemigo adopte las precauciones oportunas como si realmente estuviera allí, con lo cual resulta un potente elemento de disuasión”.
La tecnología de los submarinos convencionales ha mejorado enormemente en los últimos tiempos consiguiendo que sus prestaciones sean parecidas a los de propulsión nuclear a un coste mucho menor. Los submarinos convencionales dotados del sistema AIP, propulsión independiente del aire, consiguen permanecer sumergidos por mucho más tiempo, ya que general su energía de manera independiente del aire mediante pilas de hidrógeno.

Submarinos diesel suelen tener que hacer superficie regularmente para obtener su suministro de oxígeno a través del “snorkel”.
Sin embargo, el Hakuryu y los otros submarinos de esta clase no tiene esta limitación, gozando de una operatividad sumergidos mucho mayor que la del resto de submarinos japoneses que equipan a la MSDF, esta cualidad contribuye enormemente a hacer más difícil su detección por medio de los dispositivos de lucha antisubmarina.

Aparte de la propulsión, el Hakuryu presenta novedades en cuanto a su dotación armamentística ya que va equipado con un nuevo modelo de torpedo denominado Tipo 89 , que según los datos técnicos que ha facilitado la MSDF tiene la capacidad destructiva suficiente para hundir un buque del tamaño de un portaaviones.

Las Directrices del Programa de Defensa Nacional de Japón formuladas al final del año pasado, establecen un aumento de la flota de submarinos del país, fundamentada, sobre todo, para contrarrestar la agresión marítima china en región, especialmente en la zonas alrededor de las islas Senkaku reclamadas por Japón y China, situadas en el Mar Oriental de China.

El sigilo del Hakuryu tiene un cierto coste, y es un ligero sacrificio de la comodidad de la tripulación.
Los motores de propulsión anaerobia ocupan un espacio adicional de 10 metros de la eslora de la sección central del submarino, con lo que la zona de habitabilidad de la tripulación que está formada por 65 miembros se ha visto reducida.

Según comenta el Capitán de Corbeta Tomoharu Horiuchi, de 35 años de edad, Jefe de Máquinas del Hakuryu “es difícil trabajar en un espacio cerrado con escasez de agua y de aire , pero toda la tripulación está muy motivada porque sabemos que estamos realizando tareas que sólo unos pocos marineros pueden hacer.”

Artículo publicado con la autorización de su Autora: Marilena Estarellas